La figura del Héroe es una de las más repetidas en la historia de la literatura. De hecho, el famoso “Círculo del Héroe” es  una de las estructuras que más se repite en la cinematografía actual. Un Héroe es alguien que se enfrenta a su destino a pesar de saber que se expone a la muerte. Dice Homero, refiriéndose a Héctor: ”Mañana, al apuntar la aurora, vestiremos la armadura y suscitaremos un reñido combate junto a las cóncavas naves.” Y ahí sale Héctor, dispuesto a enfrentarse al divino Aquiles, aun a sabiendas de que le espera una muerte segura.

Hoy miles de personas  se están enfundando su endeble armadura y salen a luchar contra un enemigo inapelable. Están enfrentando su vida y están poniendo en peligro la vida de los que les rodean. Profesionales esenciales que están dejando horas, sufrimiento y vida en una lucha cruenta.

Pero, ¿somos todos héroes? ¿Estamos todos luchando heroicamente? Sinceramente no. Algunos solo estamos haciendo lo que debemos: estar en casa, cumplir con nuestras tareas y tratar de que no se nos haga demasiado aburrido nuestro confinamiento. Pero eso no es heroico, es simplemente cívico (que no es poco). Los valores ciudadanos como la responsabilidad, el respeto, el cuidado, la prudencia o la fortaleza no son valores heroicos; son valores esenciales y exigibles a todos y cada uno de los miembros de una sociedad. Exigibles en tiempo de Covid-19 y en el tiempo ordinario.  Dice Ortega a sus alumnos en su famosa lección X  de ¿Qué es Filosofía? “ que la hora culminante y frenética no es más vida que la plebe de nuestros minutos habituales.” Y es aquí donde debemos aprovechar la oportunidad para educar a nuestros alumnos. El confinamiento nos está brindando la oportunidad de ejercitar valores cívicos que serán esenciales en la plebe de minutos habituales. Podemos aprender a ser pacientes, a ser respetuosos, a ser organizados, a trabajar para aprender y no para cumplir. Actitudes, todas ellas, esenciales para una sociedad sana.

Nuestros alumnos, nuestros hijos, nuestros niños, adolescentes o jóvenes no son héroes pero puede que sea la primera vez en que la burbuja proteccionista que les rodeaba y que les evitaba tener que comportarse como ciudadanos, se haya roto. Es tiempo de ejercitar virtudes que no han ejercitado nunca para convertirlos en ciudadanos ejemplares. Ser héroe es otra cosa, ser humano y ser persona es tarea esencial incluso para el futuro héroe.