“Enséñame a pensar y yo aprenderé a crear” (SAS) Sobre porqué el arte es fundamental en educación

“THE EARTH WITHOUT ART IS ONLY EH”

La cita que he utilizado para comenzar estas líneas es de Demetri Evan Martin, un polifacético actor, cómico y músico estadounidense. Cita que no se puede traducir, ni se puede explicar, a no ser que el arte éste presente en tu vida.

La relación entre arte y cultura resulta obvia, de igual manera resulta cultura y educación. ¿por qué entonces resulta más ambigua la relación arte y educación?, ¿por qué el arte no tiene una presencia legítima en el currículo? ¿por qué depende de cada escuela, o docente la importancia del arte en el aprendizaje diario de la escuela?

En éstos días de confinamiento, de nuevo “borrador de Ley Orgánica”, ha surgido un hermoso movimiento #EducaciónNoSinArtes que vuelve a reclamar la importancia que la Educación Artística debe de tener en el aprendizaje formal, ese lugar que en nuestro Sistema Educativo, se le sigue negando.

No utilizaré estas líneas para analizar el desarrollo histórico, las causas o los intereses. Ni siquiera para relatar el estado actual o a modo prestidigitador el futuro inmediato. Utilizaré este altavoz junto con el contexto para reivindicar el lugar que el Arte debe tener en los colegios. Utilizaré estas líneas para desarrollar la idea de que el Arte debe ser uno de los pilares fundamentales en la Educación de nuestra sociedad. Porque es una de las herramientas más potentes para enseñar a pensar de manera crítica. Y a estas alturas, nadie duda de que si enseñamos a pensar, nuestros alumnos aprenderán a crear.

Es evidente, y asumido por toda la comunidad científica, que como mínimo, se necesitan habilidades cognitivas, motivacionales y metacognitivas

Dice la RAE que Pensar tiene las siguientes acepciones:

  • Formar o combinar ideas o juicios en la mente.
  • Examinar mentalmente algo con atención para formar un juicio.
  • Opinar algo acerca de cosa (o persona).
  • Recordar o traer a la mente algo o a alguien.
  • Tener en consideración algo o a alguien al actuar.
  • Formar en la mente un juicio u opinión sobre algo.
  • Tener la intención de hacer algo.

Y la misma RAE afirma que Arte tiene como definiciones:

  • Capacidad, habilidad para hacer algo.
  • Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
  • Conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer algo.
  • Maña, astucia.

¿y no es entonces arte, una consecuencia del acto de pensar?

De todas las definiciones de Arte me quedo con mi propia amalgama de ideas, fruto de años de estudio, de conversaciones, cursos y cafés… ARTE es cualquier “producción que visibilice lo no visible, desde la perspectiva del autor, con un lenguaje propio fundamentado en las leyes de la estética, y que el público interpreta según su percepción (vinculada a su mochila)” (SAS).

En éstos “felices” “AÑOS 20”  (todavía tenemos una década por delante) sigo pensando en ello. Que quien CREA arte, en cualquiera de sus lenguajes contemporáneos debe visibilizar lo invisible.

Y por eso, a mi juicio, todo cambió con la fotografía. Porque nos hizo libres. Porque nos permitió relatar la realidad con la mirada del artista. De quien es capaz de visibilizar lo que nadie ve, de hacer crítica social, de hacer humor, de hacer sátira, crónica, anticiparse a los tiempos, o a los lenguajes de la época.

Por eso, antes de enseñar ARTE, hay que enseñar el lenguaje visual. Porque hoy en 2020, mi lenguaje, personal, no es el mismo que el de Velázquez, Goya, Rembrandt, Van Gogh, ni siquiera Kandinsky, Mondrian, Rothko o Hopper. Aquí radica la importancia de la escuela de: “enseñar a mirar, a interpretar, a pensar” para que los alumnos puedan CREAR.

Hace muchos años, tuve el maravilloso privilegio (gracias a una exposición de Edward Hopper en el Museo Thyssen) de participar junto a 20 docentes más en un Programa de EDUCATHYSSEN denominado “AQUIPINTAMOSTODOS”. Esta experiencia cambió mi vida como docente y como persona. Como todo lo bueno acabó. Pero de aquel proyecto surgió MUSARAÑA, (una comunidad de docentes y educadores apasionados por la Educación Artística que dieron pudieron participar en #LecciondeArte.)

Además surgió una comunidad educativa fundamental, que me ha permitido conocer a personas que quiero cerquita de mí por su ética y su profesionalidad como (M José, Fernando, Rosa, Ana, Eva, Ana, Henar, Elmarina, Emilio, Luis, El Melón Molón, Basurama, Genoma Poético …)

Y todo ello fundamenta que hoy pueda escribir sobre cómo el arte puede convertirse en un estímulo, como puede transferirse la metodología del artista y cómo son múltiples las referencias de producciones artísticas que hacen del aprendizaje una aventura excepcional.

ENSEÑAR A MIRAR – EL DETONANTE DEL APRENDIZAJE

“Enseñar a mirar” implica que ante cualquier contenido, de cualquier curso o etapa, los docentes pueden utilizar ejemplos y manifestaciones artísticas como detonante de aprendizaje, como estímulo o punto de partida o evaluación inicial.

Para que cualquier obra de “ARTE” sea un detonante de cualquier acción educativa, es necesario que nuestro profesorado tenga formación en educación artística, hablamos aquí de su formación básica y su formación post-obligatoria (Bachillerato, Grado de Educación Infantil o Educación Primaria y Máster del Profesorado). Cualquier docente que afronte su labor educativa debería poder ofrecer ejemplos que validen su intervención curricular desde cualquier área sobre:

  • artes visuales: arquitectura, arte digital, artes gráficas, cinematográfica, dibujo, diseño, escultura, fotografía, cómic, instalaciones y pintura
  • escénicas: danza, performance y teatro
  • musicales: canto, composición, dirección, ópera, orquesta, nuevas tecnologías
  • literarias narrativa, poesía y ensayo

Muchos estudios aportados desde la neurociencia han observado como las zonas del cerebro asociadas con la recompensa y el placer se activan como respuesta a un estímulo artístico, que activa la emoción y el aprendizaje.

Todo ello implica, que siempre podemos encontrar un estímulo, procedente de la cultura artística que desencadene momentos mágicos en el aula. Son múltiples las referencias, como pequeña muestra: la obra de Leonardo Da Vincci habla de botánica, geología, hidráulica, arquitectura, ingeniería, diseño, moda, geometría, cartografía, óptica, anatomía, historia, religión, filosofía.

La historia del arte nos regala múltiples ejemplos de temas, obras que podemos seleccionar en buscadores específicos que llevan a obras de temáticas concretas como https://www.reprodart.com/ o https://artsandculture.google.com/ Cualquier docente, cualquier alumno, puede “googlear” y encontrar obras de arte con el tema elegido obteniendo múltiples resultados de artistas que buscaron en esos ámbitos inspiración y encontraron múltiples respuestas que alimentaron su inspiración.

El docente que domina la “unidad programática” y en aplicación del Diseño Universal del Aprendizaje (DUA), debe elegir múltiples formas de implicación de su alumnado. Una de ellas puede ser una producción artística, utilizando para ello una de las múltiples webs interactivas de museos con acceso a sus colecciones o exposiciones permanentes y temporales en España como por ejemplo: Museo Del Prado, Museo Thyssen, Museo Reina Sofía, MACBA Barcelona, Guggenheim Bilbao, IVAM Valencia MUSAC León, La Casa Encendida,  O de las referencias internacionales como: la Tate Gallery Londres, el Museo Louvre París, el Hermitage de San Petersburgo, el Museo de Arte ModernoGuggenheim Nueva YOrk o el Museo Metropolitano de Nueva York, entre otros.

ENSEÑAR E INTERPRETAR – METODOLOGÍA

“Enseñar a interpretar” implica hacer un paralelismo en la secuencia didáctica de cualquier proceso didáctico. El artista, como cualquier otro creador, desarrolla su trabajo en diferentes fases, que son permanentes, cíclicas y recurrentes. Picasso afirmaba que “las musas siempre le pillaban trabajando”, en lo que entendemos una metáfora de su eterno proceso de búsqueda y de interés artístico.

La metodología artística, que podemos implementar en el aula se concentra en cuatro frases:

  • El enunciado y su interpretación. Nuestros alumnos pueden no entender el lenguaje, no haberse aproximado anteriormente al contexto, no haber tenido contacto previo. Por ello debemos darles las claves, el código y las herramientas, que les permitan desarrollar su creatividad desde el pensamiento crítico y ajustado a su realidad.
  • El planteamiento, la empatía con entorno y el cronograma o plan de acción. La investigación que parte de los recursos personales y adquiridos previamente. La observación y esbozo, el pensamiento colectivo del que parten las primeras ideas. El diseño de un plan de trabajo personal que supone una hoja de ruta del aprendizaje.
  • La elaboración de la propuesta, que implica pensar con las manos, mancharse y ensuciar el aula. Cuestionar las reglas y los materiales que deben estar a disposición de los alumnos como si de un manantial se tratara. Tener una visión autocrítica y ser capaz de evaluar de manera constructiva el trabajo.
  • La comunicación y difusión. Lo que no se narra, lo que no se comparte, no existe. Un proyecto acaba cuando es compartido, cuando es observado y conversado. Cuando el aprendizaje traspasa el aula y puede ser replicado

Son referencias obligatorias en ésta línea la lectura de los libros de María Acaso y Clara Megías (Art thinking) y Andrea De Pascual y David Lanau (“El arte es una forma de hacer (no una cosa que se hace)).

ENSEÑAR A PENSAR – LA PRODUCCIÓN ARTÍSTICA

“Enseñar a pensar” tiene como consecuencia irremediablemente enseñar a crear, que cada una de las producciones que se producen en el aula, sea una producción reflexiva, que visibilice lo que está pasando, que sea transmisora de lo que alumno vive e interpreta de nuestra sociedad.

Que la propuesta de trabajo o actividad, sea una tarea abierta, que su formato sea libre y que evidencie el aprendizaje. Y que este sea articulado en base a una taxonomía o rúbrica que valore lo implementado en clase, las posibilidades del alumno, y su grado de consecución.

Que el docente exprese en el aula lo que espera que el alumnado consiga en redacción dada del objetivo y el punto de partida. Para ello es fundamental evidenciar los contenidos y los criterios de evaluación.  Así como programar y adaptar el tiempo de producción, conforme al Proyecto Curricular y la Programación Didáctica y de Aula.

Que el docente conozca los lenguajes de producción contemporánea. ¿No es mucho más estimulante para el alumno poder evidenciar su aprendizaje mediante creaciones digitales, audiovisuales, happenings, performance…? ¿o desde procesos y herramientas que tengan en cuenta sus intereses, gustos y opiniones?

Que el diseñador de experiencias de aprendizaje contextualice en la realidad inmediata las acciones y creaciones, que partan de las miradas de los alumnos, que personalicemos y ajustemos el aprendizaje, y que permitamos que sean ellos quienes tomen decisiones sobre sus itinerarios de aprendizaje. Consiguiendo de esta manera que evidencien los preceptos asumidos, el andamiaje y la exploración y su capacidad para resolver, ejecutar y dar respuesta a cada tarea o actividad.

¿Cuántas respuestas podemos encontrar si planteamos una pregunta abierta? ¿Cuántas de ellas responden a la intencionalidad racional, técnica, o estética? ¿Y… tenemos instrumentos de evaluación, criterios de calificación y rúbrica para ello?

¿De cuántas maneras podemos andamiar la teoría? ¿de cuántas maneras podemos comprobar el aprendizaje? ¿de cuántas maneras un alumno puede evidenciar que ha aprendido?

Son muchas las preguntas, pero sencilla la respuesta. Son muchos los referentes, muchas las referencias que tenemos de docentes que aplican diversas fórmulas que consiguen que nuestros alumnos consigan llegar al último eslabón de la taxonomía de bloom, que consigan no solo recordar, componer, aplicar, analizar, evaluar … si no CREAR.

Todo lo descrito hasta aquí es fácil de encontrar: en los centros, en las redes, contamos con múltiples ejemplos, como @chicosdellab y su proyecto #deslocalizandoellab, con la ya citada comunidad de docentes Musaraña de Educathyssen, o con el colectivo #EducaciónNoSinArtes.

Creo que ya ha quedado evidenciado que para poder interpretar cualquier obra de arte (y más si hablamos de arte contemporáneo), necesitamos haber expuesto a nuestro alumnado a procesos de observación que les permita reconocer cada uno de los elementos compositivos que en cada época interpretan un lenguaje propio, que implica descifrar el código y entender la finalidad de cada actuaciones estéticas. Y todo ello nos hace capaces de crear.

Empoderar al alumno, desde el contacto con el arte implica darle herramientas metodológicas para que sea capaz de interpretar su realidad y contarla a través de sus propias creaciones. Pudiendo convertir los centros educativos en centros de dinamización cultural y las aulas en auténticos talleres de artista donde el aprendizaje es individualizado, significativo y emocioNANTE.

Referencias Bibliográfica:

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